La Saga del Conde Nefaria es sin lugar a dudas una de esas historias que me convirtieron en el fan de Marvel y los superheroes en general que soy hoy.
Jim Shooter, artífice de otra de esas historias que crean afición como fueron las primeras Secret Wars, escribió en tan solo tres números una saga con tanta fuerza y épica, que probablemente pocos guionistas actuales podrían conseguir en una docena de cómics.
Con la sensación de que todo podía pasar, incluyendo la sensación de que los Héroes más Poderosos de la Tierra podían llegar a morir a mano de un villano en principio invencible, el corazón se te encogía en el pecho por todo un torbellino de emociones.
Plasmando ese guión sencillo y magnífico, tenemos al canadiense John Byrne, uno de los grandes del lápiz en una época en que estaba en estado de gracia y que todo lo que dibujaba se convertía en oro para sus seguidores. Decir que es espectacular es quedarse muy corto. Pocas veces y con a excepción de otro maestro como George Perez, los Vengadores han sido tan icónicos y majestuosos. Aún cuando sus cómics no se contaban por cientos o eran personajes conocidos por todos debido a películas, series o figuras de acción, los dibujos de Byrne contribuyeron sin duda a crear la leyenda de esos héroes tan poderosos y admirados.
Un relato imprescindible para conocer no solo una de las historias más importantes del grupo, sino del Universo Marvel 616. Una saga no tan reconocida como otras, pero cuya influencia en el devenir de algunos vengadores y en las obras de Kurt Busiek, una de las grandes enciclopedias vivas sobre este mundo de ficción.
Recomendación personal, si no la habéis leído, hacedlo ya. No os vas a arrepentir.
Matías González Alarcón
sábado, 30 de mayo de 2015
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